Hussein Hassan, un experimentado Oficial de Programas de Salud que trabaja en la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Somalia tiene un gran corazón y una cálida voz, además de ser un trabajador incansable y de haber consagrado su vida al servicio de los demás. A sus 27 años de edad, siempre intenta dar a las poblaciones vulnerables —especialmente a los migrantes que viven en asentamientos para desplazados internos en Garowe, Puntlandia— un motivo para sonreír y la esperanza de que les aguarda un futuro mejor.

Hussein, que durante nueve años fue trabajador humanitario en un país en situación de postconflicto en el que prevalecía la inseguridad, tiene tal afán y visión para tender la mano a las poblaciones vulnerables que residen en los asentamientos, que siempre está dispuesto a ofrecerles la posibilidad de recibir una atención médica gratuita o barata, artículos nutritivos y no alimentarios y a cerciorarse de que vivan en condiciones más saludables y seguras. En su calidad de especialista de salud pública, ha establecido la primera red de personas que viven con el VIH/SIDA en Puntlandia y en Somalia centromeridional, que congrega a 500 de estas personas, para que defiendan sus derechos y se cercioren de una participación mayor y más significativa en la planificación de programas, en el establecimiento de prioridades y en el desarrollo de normas destinadas a garantizar que reciban tratamiento, atención y apoyo. Hussein, también se encargó de establecer cinco dispensarios sanitarios permanentes que ofrecen servicios de atención primaria de salud a las comunidades afectadas por el tsunami en las aldeas costeras de los distritos de Eyl. Habida cuenta de lo antedicho, en febrero de 2013, se otorgó a Hussein el Resolution Fellowship Award, un galardón internacional concedido por la Asamblea General de las Naciones Unidas a jóvenes que demuestran un liderazgo excepcional y un empeño por cambiar el mundo.

En su calidad de trabajador humanitario, Hussein ha tenido que hacer frente a muchísimos obstáculos al tratar de salvar vidas de las poblaciones a las que presta servicios y que perecen innecesariamente debido a enfermedades y desastres naturales que podrían haberse prevenido. Incluso estuvo en situaciones en las que su vida corrió peligro y que fueron traumatizantes, por ejemplo, el ataque terrorista acaecido en el Complejo Común de las Naciones Unidas el 19 de junio último, en Mogadiscio, en el que se encontraba Hussein. Ahora bien, nada de ello ha podido impedir que siga prestando asistencia a las poblaciones que más ayuda y apoyo humanitario necesitan.

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