Migrant Stories

Por una vida sin violencia

En los últimos tiempos, es frecuente escuchar historias de
ecuatorianos como la de Antonio.  Son las historias de
colombianos que salen de su país en busca de
protección internacional, una vida sin violencia y de un
mejor futuro para sus hijos. Es el resultado de la situación
de conflicto interno que vive Colombia desde hace varias
décadas, y que afecta también a los países
vecinos, como es el caso Ecuador.

Desde Octubre 2005, la OIM lleva a cabo Programa de Asistencia
de Emergencia a Población en búsqueda de
protección internacional, en las áreas fronterizas
con Colombia de Ecuador, Panamá y Venezuela. 

La historia de Antonio

"Mi nombre es Antonio, soy de Valparaíso de
Caquetá, Colombia.  Nací allí, pero
crecí en los Rosales.  Hace ocho meses me
trasladé con mi familia a la frontera de Colombia, a la
comunidad de Puerto Rico, buscando trabajo.  En los
últimos meses, antes del conflicto, estaba trabajando como
arriero en una finca.

A raíz de los enfrentamientos armados vinimos por primera
vez al Ecuador, exactamente el 11 de noviembre 2009, llegamos mi
esposa, nuestros dos hijos, y yo.

Mientras vivimos en Puerto Rico, la presencia del
ejército y de la guerrilla era poca, sin embargo, siempre
teníamos el temor de que hubieran enfrentamientos entre la
policía y la guerrilla, porque escuchábamos que
algunos de estos conflictos sucedían cerca de
ahí.  En los últimos meses, nosotros ya
esperábamos eso porque ya había muertos, denuncias y
enfrentamientos en la carretera; entonces sentíamos que
pronto algo pasaría.

Una mañana, helicópteros color gris volaban sobre
la comunidad.  Al mediodía la guerrilla atacó
primero a la policía antinarcóticos que estaba en el
pueblo, de ahí llegó la aviación del
ejército colombiano.  Los policías se metieron
al pueblo, a defenderse, en las casas de los pobladores y los tiros
iban y venían de lado y lado, sin importarles si
habían niños y mujeres.

En ese momento, nosotros desesperados corrimos y cruzamos al
lado ecuatoriano.  Salimos sin saber ni siquiera adonde
íbamos a llegar, sin saber si íbamos a tener que
comer.  Una vez que atravesamos, llegamos a un lugar llamado
"La Cadena" y casi inmediatamente llegaron las autoridades
ecuatorianas, que nos llevaron hasta los albergues, donde estaban
agrupando a todos los colombianos que llegaban y donde estaban los
funcionarios de la Organización Internacional para las
Migraciones para darnos asistencia de emergencia.

Gracias al apoyo de OIM, las autoridades, y otras agencias
internacionales, nuestra llegada fue menos traumática. 
El albergue, la comida y medicinas fueron parte de la asistencia
que recibimos.  Este apoyo tan importante fue fundamental para
nuestra integración a la comunidad local.

Nosotros anhelamos con el tiempo poder estar tranquilos,
conseguir ayuda para construir nuestra casita, tener un trabajo
digno y estable que nos permita salir adelante."