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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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Pequeñas victorias desde Iraq: Nawal y Mirna
“Intento que mis clientas se sientan tan bellas por fuera como lo son por dentro. Es un momento difícil para todos aquí, en Iraq, y con mi salón intento aportar algo de normalidad a la comunidad y a la gente que me rodea. Quiero que las personas a las que corto el pelo se miren en el espejo, vean el corte que les he hecho y sonrían. Si lo consigo, sé que mi día ha sido útil”.
Nawal Solaka es copropietaria de la peluquería “Kristina”, en Hamdania, a las afueras de la ciudad de Mosul (Iraq).
Muy atareada, alegre y satisfecha, trabajaba mientras otras mujeres aguardaban su turno para cortarse el pelo, depilarse las cejas o hacerse la manicura.
Nawal recuenta que, aunque ahora le vaya bastante bien, no todo ha sido un camino de rosas. “Vivíamos en Bagdad, pero, al pertenecer a una minoría, teníamos miedo. Mi familia es cristiana y mi cuñado era dueño de una licorería. Siempre estábamos alerta y temíamos que los grupos armados irrumpieran en nuestra casa. Cualquier ruido nos desvelaba. No creo haber dormido más de dos horas seguidas en meses”, explica Nawal.
Sus temores se convirtieron en realidad en abril de 2006, cuando su cuñado perdió la vida en un atentado terrorista. En ese momento, Nawal, junto a su sobrina Mirna, su hermana Romaya, recién enviudada, y sus ancianos padres, Ziad y Hasna, decide abandonar Bagdad y busca refugio en casa de unos familiares en la pequeña ciudad de Hamdania.
“De no peligrar la seguridad de los míos, nunca me habría marchado. Pero tuve que hacerlo, por el bien de mi sobrina. Fue una de las decisiones más duras de mi vida. Allí tenía mi trabajo y mi vida y, de la noche a la mañana, tuve que dejarlo todo”, rememora Nawal.
Al llegar a Hamdania, Nawal, Mirna, Romaya, Ziad y Hasna recibieron la ayuda de su extensa familia. “Nuestros primos fueron muy generosos y compartieron con nosotros lo poco que tenían. Mi hermano, que reside en el extranjero, también nos ayudó en todo lo que pudo. Nunca antes había vivido de la caridad de los demás. Tenía una fuerte depresión y no sabía como encauzar de nuevo mi vida”, precisa Nawal.
Los problemas se sucedieron y, en 2008, le diagnosticaron un cáncer de pecho. “No me cabe duda de que la causa de la enfermedad fue el estrés. Primero, por las noches en vela en Bagdad y, luego, el traslado forzoso. Sin casa ni trabajo, tenía el ánimo por los suelos. Mi cuerpo y mi mente no pudieron soportarlo más”.
Por esas fechas, Nawal supo que su sobrina, Mirna, había resultado herida en un tiroteo cuando, de camino a la escuela, en Mosul, un terrorista disparó al autobús escolar en el que iba. “Al saber que habían herido a Mirna, encontré fuerzas para luchar. Me di cuenta que tenía que sobrevivir para cuidarla”, evoca Nawal.
Mientras Mirna fue a Turquía para tratarse las heridas de bala, su tía recibía quimioterapia en Damasco (Siria), donde empleaba su tiempo libre como voluntaria en una peluquería local. “Me apasionaba ese trabajo y adoraba a mi sobrina. Estas dos fueron las razones que me sirvieron para ganarle la batalla al cáncer”.
Tras dos años de idas y venidas al hospital, Nawal regresó a Iraq. Mirna también se había recuperado totalmente de sus heridas y, a finales de 2010, la familia estaba reunida de nuevo.
En 2011, tía y sobrina supieron de la existencia del Programa de seguridad y estabilización humana de la OIM, que concedía subvenciones, formación, oportunidades laborales, servicios de desarrollo empresarial y otras iniciativas de desarrollo de los medios de vida a personas vulnerables en Iraq. Ambas se inscribieron y, poco después, recibieron un set de herramientas para empezar su propio negocio. Decidieron poner en común las dos subvenciones y, juntas, abrieron un amplio salón de belleza en la ciudad de Hamdania. La OIM les proporcionó el equipo necesario como, entre otros, un generador eléctrico, sillas, espejos y secadores profesionales.
“Hemos recibido un apoyo y una comprensión increíbles de la OIM. Hasta he participado en un curso de formación de gestión empresarial impartido por la iniciativa de servicios de desarrollo empresarial de la OIM. Allí aprendí lo básico de contabilidad, cómo llevar un negocio y administrar mis recursos financieros. Hemos ganado mucho más que el equipo. Se han preocupado de verdad por nosotras”, afirma Nawal con seguridad.
Un año después de abrir sus puertas, el “Salón de belleza Kristina” se ha convertido en uno de los más famosos de toda la región. “Hoy no tenemos ni un hueco libre”, dice Nawal, añade: “Además, estamos esperando la llegada de un grupo de diez mujeres de Mosul, a quienes peinaremos y les haremos la manicura para una boda. En días así, mi hermana viene a ayudarnos, y también hemos contratado a un par de personas”. La peluquería no solo permite a Nawal y Mirna ganarse la vida decentemente, sino que mantienen a toda la familia.
“Para mí, la peluquería es mucho más que una fuente de ingresos. Es un santuario del mundo exterior, de la locura que nos rodea. Una mujer puede entrar aquí, olvidar las preocupaciones como la violencia, los enfrentamientos, la guerra… y centrarse en ella durante una o dos horas. Así, la ayudamos a escapar de la dura y triste realidad que nos rodea, al menos por ahora”.
“La OIM me ha ayudado mucho cuando lo necesitaba. A veces, un poquito de ayuda puede hacer una gran diferencia y cambiarte la vida”, concluye con orgullo y agradecimiento Nawal.