Sonia, Raúl, Georgina y Jesús no se conocen, no
tienen la misma edad ni responsabilidades similares, pero comparten
el sueño que los llevó a migrar a Italia años
atrás y que los regresó a El Salvador para retomar su
vida gracias al Programa para la Asistencia al Retorno voluntario
desde Italia y Reintegración en el país de origen
(P.A.R.T.I.R. III) co-financiado por el gobierno de Italia y la
Unión Europea y realizado por la OIM.

Amparados en una visa de turista, los cuatro salvadoreños
emigraron hacia Italia por diversos motivos pero con la misma idea:
obtener un trabajo en el país europeo y poder enviar remesas
a El Salvador para ayudar a sus familias.

"Yo me fui hace cuatro años porque quería ayudar a
mi mamá que estaba enferma. Estando allá me di cuenta
que era necesario que ella volviera a El Salvador y yo me
quedé trabajando para seguir ayudando a la familia", comenta
Georgina, de 22 años y una de las beneficiadas del programa
P.A.R.T.I.R.

Georgina, al igual que los otros salvadoreños que son
beneficiados del proyecto, vivieron momentos difíciles en
los que se les dificultó conseguir trabajo y por ello,
seguir ayudando a su familia. "Estaba yo sola allá, mi hija
pequeña acá en El Salvador y sin trabajo, yo ya
necesitaba venirme pero necesitaba ver como hacia el viaje desde
Milán", comentó Sonia.

Gracias al programa PARTIR, los cuatro lograron retornar a El
Salvador donde sus familiares los esperaban ansiosos pero
también nerviosos del futuro económico que les
sobrevendría sin el apoyo financiero que ellos aportaban en
cada hogar.

El proyecto P.A.RT.I.R. III, de un año iniciado en julio
2011, brinda esquemas de retorno voluntario asistido y
reintegración a algunas categorías especificas de
migrantes vulnerables residiendo en Italia.

"El principal objetivo es facilitar el retorno de los migrantes
y su reinserción sostenible en el país. Se les apoya
para retornar al país pero sobre todo para que puedan montar
negocios o proyectos de vida dignos una vez que se han instalado y
que garantice el apoyo económico de la familia", asegura
Cecilia Ramírez, coordinadora del proyecto de la OIM en El
Salvador.

"Con esta ayuda voy a poder salir adelante. La verdad es que ha
sido muy útil, uno vuelve acá pensando en que no
encontrará trabajo pero la oportunidad de empezar por cuenta
propia es algo muy bueno", explica Raúl Navarrete, quien con
el apoyo ofrecido por el Proyecto montó un taller de
soldadura y asiste en reparaciones automotrices.

El monto con el que el Programa apoyo a Georgina, le
permitió montar una pequeña venta de ropa y asociarse
en la tienda de venta de abarrotes que tienen sus abuelos. "Me
sirvió que en esta zona hay muchas mujeres embarazadas y
vendí muchas cosas para ellas", comenta sonriendo la joven
empresaria.

Jesús por su parte, logró atender algunas
necesidades de salud que tenía pero sobre todo cumplir con
la necesidad de estudiar para forjar así mejores
oportunidades que le permitan cumplir su objetivo de ayudar a su
familia sin que ello implique viajar de manera irregular fuera de
su país.

Con una sonrisa tímida, estimulada por el apoyo alegre de
sus hermanas, Sonia montó una venta de pupusas, platillo
local que consiste en tortas de harina de maíz rellenas de
queso, frijoles o carne de cerdo molida o todos los materiales
juntos. Gracias a este negocio, ella logra mantener a su hija y
seguir su crecimiento de cerca en su país de origen.

Para mayor información, por favor contacte a: Yulissa
Guevara, OIM El Salvador; Tel: +503-2521-0500 Ext. 27; Email: class="paragraph-link-no-underline" href=
"mailto:pressiomsansalvador@iom.int">pressiomsansalvador@iom.int