La retirada de escombros cobra velocidad antes del comienzo de la temporada de lluvias
Un grupo formado por veinte voluntarios, vestidos con una camiseta
amarilla con el logotipo del gobierno haitiano, trabajan duro en
las labores de retirada de basura y escombros de un canal en las
afueras de Cité Soleil, uno de los barrios más pobres
y superpoblados de la capital, Puerto Príncipe.
Equipados con botas, guantes y máscaras, blanden sus
machetes y palas para acabar con la maleza y retirar la basura de
Projet Drouillard, acequia que conducía el agua de
lluvia lejos de las desvencijadas viviendas que abundan en
Cité Soleil.
Desde principios de abril de 2010 y gracias a la
financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID), la OIM ha colaborado con el
Gobierno de Haití en los esfuerzos de retirada de decenas de
miles de toneladas de basura acumulada en varios de los principales
canales del país con el propósito de reducir los
riesgos de inundación en la venidera temporada de
lluvias.
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target="_blank" title="">Migraciones – Verano 2010
«En menos de tres semanas, los equipos de la OIM han
retirado más de 100.000 toneladas de basura y escombros de
los canales de Puerto Príncipe», explica Nader
Joiséus, ingeniero del Ministerio haitiano de Obras
Públicas encargado de la supervisión de las labores
de limpieza de los canales. Tal y como él mismo agrega,
dicha cantidad equivale a más de 6.250 camiones cargados con
16 toneladas de basura.
«Con la ayuda de la OIM conseguimos incluso limpiar toda
la basura del canal St. George, tarea que el municipio no pudo
llevar a cabo en el pasado debido a la falta de medios».
Para realizar este trabajo, la OIM ha empleado a un equipo de 25
ingenieros, cada uno de los cuales se encarga de la limpieza de una
zona y quienes cuentan con la ayuda de excavadoras y otra
maquinaria pesada. En las zonas en las que es imposible el acceso
con estas máquinas, como debajo de puentes o en vecindarios
superpoblados, la OIM ha establecido un programa de dinero por
trabajo mediante el cual ofrecer un puesto a los residentes locales
que necesiten trabajar.
Por otro lado, se han firmado contratos de corta duración
con los ingenieros, responsables también de los equipos de
trabajadores locales que reciben una remuneración
diaria.
«La OIM supervisa el trabajo de los jornaleros para
asegurarse de que los trabajos de remoción avanzan»,
asevera Philippe, líder comunitario de Cité
Soleil.
Colette, residente durante 36 años en
Cannibale, una zona de Cité Soleil conocida por su
inseguridad crónica, afirma que se trata de la primera vez
que se llevan a cabo labores de limpieza en dicho canal.
«Hace tan sólo un mes, el canal no podía
verse de lo lleno que estaba», explica Jim Kelly, ingeniero
contratado por la OIM, quien informa de que en determinadas zonas
las excavaciones del canal tuvieron que comenzar de cero.
Colette agradece estas labores de limpieza y se
"eacep">ñala: «Cuando llovía, muchas personas
tenían que refugiarse en los tejados de sus casas. Los que
no podían, abandonaron el lugar hace algún
tiempo».
La OIM colabora desde hace varios a
"eacep">ños con el Ministerio haitiano de Obras
Públicas en la construcción de canales y otras
infraestructuras públicas.
Al no disponer de mecanismos apropiados de recogida de basura,
los residentes han empleado los canales desde hace a
"eacep">ños a modo de vertedero, práctica que en
ocasiones ha tenido consecuencias fatídicas debido a la
imposibilidad de evacuación del agua de lluvia.
Nader Joseius reconoce que estos importantes trabajos de
limpieza de los canales deben continuar, al menos durante los seis
meses de la temporada de lluvias. La financiación de USAID
garantiza la continuación de los mismos.
La primera etapa de limpieza del canal finalizó a
mediados de mayo. En algunos casos, la OIM y sus socios han tenido
que convencer a los residentes para que abandonasen las
inmediaciones del canal y así permitir la
construcción de muros sólidos que canalicen el agua
de la lluvia.
Los programas de dinero por trabajo también se han puesto
en marcha en el vecindario de Delmas, donde los residentes fueron
empleados para la construcción de parapetos de
contención.
En opinión de Manno, albañil
de la zona que ha vivido durante diez años en las
inmediaciones del canal, este programa es lo mejor que podía
haberle pasado a él y a su familia ya que, además de
obtener una remuneración por su trabajo, el lugar donde vive
se ha vuelto mucho más sano y seguro.