Migrant Stories

La esperanza tiene cara de niño

Vestido con su short amarillo y una camiseta deportiva, Juan*
parece un niño como cualquier otro.  Le interesa el
fútbol, y una vez por semana entrena en una cancha con el
equipo del barrio. "Yo juego de volante creativo", dice Juan
sonriente.

Lamenta que "el Barca" no ganara la Liga de Campeones de Europa
pero está convencido de que Portugal ganará el
Mundial de Sudáfrica porque: " Cristiano Ronaldo es el
mejor…bueno, con Messi.  Desde luego".

Su mamá lo mira sonriente, tranquila.  Con 13
años apenas, Juan  inició un viaje que no
llegaría al destino previsto, pero que, con mucha suerte,
tampoco terminó en la tragedia que viven miles de migrantes
irregulares que intentan llegar a Estados Unidos y que son
víctimas de robos, de abusos, de trata de personas y en
algunos casos la muerte.

Juan salió una madrugada rumbo a Estados Unidos, iba con
un coyote y un grupo de salvadoreños que iniciaban la
aventura peligrosa de viajar de manera irregular.  El era el
menor el grupo.

"En Guatemala pasamos tres días.  Yo iba contento,
la verdad, iba bien emocionado porque iba a ver a mi
papá.  Hace cuatro años no lo veo", cuenta Juan
con la inocencia de un joven que se debate aun entre la
niñez y la adolescencia.  Su hermano lo escucha con
admiración.

En México lo detuvieron.  El bus en que viajaban fue
revisado por "la Migra", cuenta Juan, y el viaje terminó
allí para todos aquellos que no llevaban sus papeles en
regla.  "A mí no me habían bajado, pero el
coyote que nos llevaba tenia mi boleto y cuando lo encontraron
preguntaron por mí y me bajaron.  Ahí me dio
miedo porque entonces estaba solito".

Sin embargo, el temor mayor empezó mas tarde: "Un
día me llamaron para decirme que estaba en México,
que los habían detenido y que lo iban a retornar", cuenta su
madre recordando la angustia de esos días.

"Ahí me dio miedo porque nos llevaron a un centro de
detención.  Los más grandes nos
maltrataban.  Yo tenía miedo que no me fueran a
retornar y quería llegar a mi casa, quería volver!"
cuenta el joven.

Finalmente, regreso a su casa, a su escuela y a su
fútbol.  "A mí el Inglés me cuesta, pero
le voy a poner ganas", dice sonriente mientras su madre le revuelve
el cabello en un gesto de cariño hacia su
primogénito.

Juan es uno de los beneficiarios del proyecto "Retorno y
Reintegración de Niños, Niñas y Adolescentes
migrantes no acompañados", que busca facilitar la
preparación de menores retornados para que se integren a la
sociedad salvadoreña.

La mayoría de los jóvenes beneficiados iniciaron
ya cursos de inglés y en algunos casos, han solicitado
capacitación en otras áreas como corte y
confección y hasta cursos de pintura y de
locución.

El proyecto piloto, liderado por la OIM, beneficia a 20
niñas, niños y adolescentes que han sido repatriados
para que puedan realizar diversos estudios en lugares cercanos a su
comunidad.

El proyecto, que espera ampliar el número de
beneficiarios, también aporta servicios de salud a los
jóvenes que han sido retornados y busca prevenir que el
tráfico ilícito de migrantes. 

"En la mayoría de casos, los muchachos y muchachas viajan
con la esperanza de una reunificación familiar porque alguno
de sus padres o los dos viven en Estados Unidos.  Sin embargo,
el camino que les espera es de muy alto riesgo", aseguró
Gilberto Alas, técnico del proyecto de la OIM.

Alas ha visitado varios lugares buscando a los beneficiarios y
ha encontrado menores de edad que vivieron experiencias
terribles.  "Conocí a una niña de 15 años
que la habían retornado, vivía con su abuelita. 
La señora ni sabía como se había ido la
niña, ni cuando ni con quien", comenta Alas.

Los jóvenes que participan en el programa tienen ahora la
esperanza de capacitarse y prepararse para un mejor futuro en su
país, esperando un día ver realizados sus
sueños sin tener que repetir la historia de sus padres
migrantes.

El programa se lleva a cabo con el financiamiento del
Departamento de Estados de los Estados Unidos, Buró de
Población, Refugiados y Migración, y el apoyo del
Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la
Niñez y la Adolescencia, la Dirección General de
Migración y Extranjería, y los ministerios de
Relaciones Exteriores y de Educación.