Migrant Stories

El paisaje urbano senegalés se beneficia de los conocimientos y habilidades de los expatriados

Al pasearse por las calles de algunos de los barrios más
florecientes de Dakar, como Le Plateau, Ouakam, Point E o les
Mamelles, no cabe duda que la ciudad está viviendo un
verdadero auge en materia de construcción. Colonias enteras
se han transformado en obras y cada semana los edificios se
multiplican como hongos.

Sin embargo, resulta sorprendente que tan solo un seis por
ciento de todas las nuevas construcciones están
diseñadas por arquitectos. Abdou Sene – un joven
arquitecto talentoso, nacido en Dakar, que estudió y
trabajó en el extranjero antes de volver a su ciudad natal
– no pasó por alto este hecho.

Al terminar el bachillerato, Abdou dedicó todo su tiempo
a la música con la esperanza de volverse famoso en esta
industria tan competitiva, pero pronto comprendió que no
lograría vivir de su pasión y decidió
inscribirse a la universidad para estudiar arquitectura: "una
profesión verdaderamente creativa y multidisciplinaria".

Así, a los 22 años de edad y luego de haber
aprobado un reñido examen de admisión a
"l'École d'Architecture" de Marsella-Luminy, Abdou
viajó hasta el sur de Francia con un nudo en la garganta y
la firme intención de volver a Dakar el día
después de su graduación.

Dejar atrás a su familia y a un gran grupo de amigos le
resultó sumamente difícil: "Para tratar de darme
ánimos cuando llegué a Marsella me dije a mí
mismo: ‘¡Ánimo, tan solo tienes seis años
por delante!'".

Pero las cosas pronto mejoraron cuando Abdou conoció a
Marlène Chaussé, una compañera de la Escuela
de Arquitectura de Marsella, quien más tarde se
convertiría en su esposa.

Luego de tres años en Marsella, la pareja empezó a
sentirse restringida a nivel profesional y decidió
informarse acerca de la posibilidad de continuar con la
formación de arquitecto "en una ciudad verdaderamente
internacional, con una vida social y cultural abundante".
Finalmente, la pareja decidió establecerse en Londres, una
ciudad en la que, según Abdou, "lo único que importa
es el talento y en la que se puede dar rienda suelta a la
creatividad en un ambiente verdaderamente multicultural".

Después de graduarse de South Bank University y de London
Metropolitan University, Abdou encontró trabajo
rápidamente en dos empresas de diseño
arquitectónico líderes en el Reino Unido, Norman
Foster and Partners y Wilkinson Eyre Architects. En ellas, Abdou
participó en diversos proyectos, incluida la
renovación de Trafalgar Square (una de las plazas
londinenses más famosas).

Motivados por los estimulantes ambientes de trabajo en los que
laboraban y convencidos de que podrían beneficiar de la
experiencia que acababan de adquirir, Abdou y Marlène
decidieron abrir Senestudio, un despacho internacional de
arquitectura y diseño basado en Londres.

El éxito no tardó en llegar, ya que su primer
proyecto - una casa construida en una nueva zona residencial en
Dakar - fue seleccionado de entre otros 300 proyectos en un
concurso internacional de arquitectura y apareció en la
prestigiosa publicación Bauwelt de 2005.

"En vez de tratar de imponer un estilo extranjero,
diseñamos la casa basándonos en el estilo de vida de
la gente y empleando métodos de construcción locales
para soportar mejor las condiciones climáticas", explica
Abdou, no sin añadir que la hospitalidad sigue formando
parte importante de la cultura senegalesa. "La casa se
diseñó con base en los múltiples y diversos
eventos sociales, utilizando bloques de cemento, moldeados y
curados en el lugar para mantener los costos bajos, además
de paneles de aluminio para brindar privacidad y permitir una
ventilación natural".

Con cada visita de la pareja a Dakar crecía el deseo de
Abdou de instalarse en su ciudad natal y de Marlène, de
descubrir más acerca del país de origen de su
esposo.

"No fue fácil tomar la decisión de volver a
Senegal", explica Abdou. "Pero Marlène y yo pensamos que
sería más fácil hacerlo antes de que nuestra
carga de trabajo en Londres se volviera más pesada de lo que
sería en Dakar", agrega. Por otra parte, con la llegada de
su primer hijo, la pareja también sintió que en
Londres les resultaría difícil alcanzar un balance
entre su vida profesional y familiar: "Vimos a muchos colegas hacer
enormes sacrificios personales que nosotros no estábamos
dispuestos a realizar", explican.

En agosto de 2007, la familia se instaló en Dakar y, a
las pocas semanas, trasladaron Senestudio a la capital
senegalesa.

Así, Abdou se unió a los doscientos y tantos
miembros de la Cámara de Arquitectos Senegalesa para apoyar
la reapertura de la Escuela de Arquitectos en Dakar, que
solía atraer talentos de toda el África occidental
pero que se vio obligada a cerrar sus puertas en 1989.

"El hecho de que Senegal ya no tenga una escuela de arquitectura
explica en parte por qué tantos jóvenes estudiantes
talentosos deciden abandonar el continente para estudiar en el
extranjero. Además, muchos de ellos nunca regresan a casa,
pues sienten que tienen pocas oportunidades de trabajo en su
país".

Abdou considera que su regreso e inversión profesional
pueden contribuir de forma útil al renacimiento de la
arquitectura en Senegal. "Quiero que los niños digan:
‘Cuando crezca quiero ser arquitecto', y que los
jóvenes senegaleses entiendan que pueden encontrar empleos
exitosos en este campo de trabajo". El futuro de la
construcción en el África occidental parece ser muy
prometedor.