Migrant Stories

Cuando La Inversión Está Relacionada Con Otras Cosas Además De La Economía - Los migrantes como factores que influyen en la ecuación del desarrollo

En Gomoa Simbrofo, ubicada en Ghana Central, se oye una
cháchara ruidosa que penetra en la penumbra mientras
anochece, sin lo cual sería una aldea en letargo.  Los
niños van corriendo a la única aula con electricidad
de la escuela en la aldea para asistir a las clases
nocturnas.  Pero es una clase nocturna diferente.  



Situada en la cuarta región más pobre del
país, Gomoa Simbrofo y sus habitantes son como muchas otras
aldeas de las zonas rurales de Ghana. La agricultura de
subsistencia forma parte de la vida, al igual que la falta de
oportunidades de empleo y de uno de los servicios públicos
primordiales: la electricidad.



Obligados por las circunstancias a participar en la lucha diaria de
sus familias para ganarse el pan, los niños de Gomoa
Simbrofo frecuentemente salen corriendo de sus clases durante el
día para ayudar a sus padres a trabajar en la finca o para
llevar de regreso la cosecha del día. Cuando haya culminado
la faena, la escuela habrá cerrado sus puertas y
habrá desaparecido la luz del día, así como
también la oportunidad de no atrasarse en sus estudios.



Hasta septiembre del 2006, su aprendizaje estuvo limitado a unas
cuantas horas valiosas en la mañana. Al no haber
electricidad en la aldea, era imposible hacer las tareas, lo cual
para algunos niños es un sueño, pero no para los de
Gomoa Simbrofo.



Hoy en día, los postes de alumbrado público
alimentados por paneles solares se encuentran alineados a lo largo
de la calle que divide a la aldea en dos y a lo largo de uno de los
muros del establecimiento escolar.



“Los niños han adquirido la costumbre de estudiar
todas las noches, lo cual ha influido en su desempeño
escolar.  Cuando no había electricidad, no
podían hacer nunca sus tareas pero ahora sí
pueden”, afirma un anciano de la aldea.



"/jahia/webdav/shared/shared/mainsite/media/photos/fs/gh20070709_02.jpg"
style="padding: 0pt 10px 10px 0pt; float: left;">Mientras la clase
de biología humana de esta noche se inicia, niños
más pequeños se reúnen para jugar, aunque no
siempre les llegue el tenue resplandor de las luces, en un terreno
sucio que es utilizado como el patio de recreo de la escuela. 
Kofi Kum de 70 años de edad afirma que por lo general se
sientan a estudiar bajo la luz de una farola, seis personas al
mismo tiempo.



Dentro de poco, la red de electricidad llegará a otras
partes de la aldea, lo cual da mucha alegría a los aldeanos
que celebraron durante dos días cuando los paneles solares
fueron instalados por primera vez y quienes ahora imaginan un
cambio mucho mayor en sus vidas.



El establecimiento de una finca de 100 hectáreas de
piñas ubicada en tierras alrededor de la aldea que
están en barbecho podría inicialmente dar empleo a
aproximadamente 60 aldeanos en las próximas semanas y de
esta manera proporcionarles a sus familias un futuro mucho
más prometedor.   



Detrás de todo este cambio en la aldea de 600 personas
está Ghanacoop, una cooperativa de migrantes ghaneses que se
encuentra a miles de kilómetros en la ciudad italiana de
Módena y que no tiene ningún vínculo ancestral
con Gomoa Simbrofo, simplemente se trata de un anhelo de ayudar en
el desarrollo de su país.



Ghanacoop, creada a través del programa Migración
para el Desarrollo de África (MIDA, por sus siglas en
inglés) de la OIM que apoya a las diásporas que
desean invertir en su país a través de la
transferencia de habilidades y de nuevas empresas, está
dando un ejemplo excelente, el cual está resultando ser una
iniciativa de modelo de diáspora en Italia.



Se demuestra que al combinar el conocimiento, el entusiasmo y la
entrega de los migrantes con el apoyo de las instituciones y de los
gobiernos, aquellos pueden influir en el desarrollo de su
país tanto a nivel social como económico y hacer que
la vida cambie.



Ghana necesita esa inversión de su diáspora.  Se
halla en el puesto 136 con respecto al índice de desarrollo
humano y el 46,7% de su población vive con un ingreso de un
dólar por día o una cantidad menor, según las
estadísticas oficiales.  Aproximadamente tres millones
de ghaneses, lo cual representa el 15% de la población, vive
en el extranjero, lo cual le concede el quinto lugar en cuanto a
emigración en África.



El lado positivo de esa emigración son las remesas que son
enviadas al país.  Según el Banco de Ghana, las
transferencias privadas de los migrantes en el extranjero
aumentaron de US$ 680 millones en el 2002 a US$ 1,400 millones en
el 2004, lo cual equivale a un tercio del PIB del
país.  Sin embargo, esta cifra no engloba las
transferencias informales, que es un modo de envío de
remesas muy preferido por los ghaneses.



Desde su lanzamiento en marzo del 2006 como una cooperativa que
importa piñas de Ghana provenientes del comercio justo para
venderlas en los supermercados de Módena y en las zonas
aledañas, Ghanacoop ha mostrado otra manera de contribuir al
desarrollo del país de origen.



"/jahia/webdav/shared/shared/mainsite/media/photos/fs/gh20070709_03.jpg"
style="padding: 0pt 0pt 10px 10px; float: right;">"Al principio
pensamos que íbamos a realizar algo similar a proyectos
sociales.  Pero poco a poco nos dimos cuenta que era mejor
construir algo sólido, algo económico que
durará muchos años, que ayudará a la
economía del país.  Nuestra esperanza es crear
oportunidades de trabajo para los ghaneses que se quedan en su
país y los que quieren venir a Europa a fin de que podamos
solucionar la situación de migración en nuestro
país”, afirma Thomas McCarthy, Presidente de Ghanacoop
y de la Asociación de Ghaneses residentes en la Provincia de
Módena que creó la cooperativa.  



Hasta ahora su éxito se debe en gran medida a una gama de
asociaciones.  Además de la OIM, la cooperativa cuenta
con el respaldo de la municipalidad de Módena, AEmil Banca
(un banco cooperativo local) y Confcooperative (la sucursal de
Módena de la organización central que reagrupa a
cooperativas italianas).  Al unirse también a
EmiliaFrutta, que ahora se ha fusionado con Agrintesa, el grupo
más grande de Italia de productos frescos con alianzas en 55
países, Ghanacoop podrá contar con el apoyo del
sector privado, con lo cual se ha creado la posibilidad de acceder
a mercados de toda Europa.



Dando muestras de un conocimiento instintivo de la manera como
funciona el mundo moderno del comercio, Ghanacoop se lanzó
al campo del marketing y creó un logotipo atrevido y una
identidad al unirse a la Escuela de Artes Ventura en
Módena.



“No tenemos dinero para el marketing, por eso, usamos toda
nuestra energía y nuestro tiempo libre para asegurarnos de
que la gente nos conozca.  Es muy agotador pero es una
inversión en nuestras relaciones a largo plazo”,
señala Thomas, a quien se le ve cansado.  Es medianoche
y llega a su fin otra sesión de degustación de
piñas en una sala de la comunidad a unos 30 km de
Módena.



Todas las semanas, un envío de 25 a 50 toneladas de
piñas llega de Ghana a las afueras de Módena para ser
distribuidas a una red de cadenas de supermercados, entre ellos
COOP, GS Carrefour y Nordi Conad.  Hasta el momento, las
ventas han estado limitadas a las provincias y regiones
cercanas.  Pero ahora, a través de GS Carrefour, las
piñas Missghananas de Ghanacoop provenientes del comercio
justo están apareciendo en toda Italia.



“Comenzamos a vender piñas de Ghanacoop el pasado mes
de junio y se están vendiendo muy bien.  Durante los
cuatro primeros meses se agotaron alrededor de 60 toneladas de
piñas y las ventas están aumentando
constantemente.  Se elevan aún más cuando
Ghanacoop viene personalmente a hacer propaganda.  Es una
experiencia muy positiva para nuestros compradores que aprenden
más del lugar de donde viene la fruta”, indica Isa
Sala en un hipermercado COOP en las afueras de Módena.



En un mercado de piñas altamente competitivo,
particularmente el de las frutas de Costa Rica, lo que ha abierto
las puertas de los supermercados es el componente del comercio
justo.  Hasta que su propia finca esté en
funcionamiento y produciendo frutas para la exportación,
Ghanacoop se provee de piñas de un gran productor que
practica el comercio justo, Bomarts.  Este les paga a sus
trabajadores 27 700 cedis (US$3) por día en vez del salario
mínimo nacional de 19 200 cedis y les da diariamente una
comida gratis. Sus familias también se benefician de un
mejor acceso a los servicios de agua y atención
médica y de instalaciones educativas.  Además,
la finca piensa otorgar becas a los niños en un futuro
próximo.  Su confianza en la responsabilidad social
empresarial tuvo resonancia en Ghanacoop y ahora Bomarts
está interesado en los negocios de Ghanacoop y
viceversa.



Aunque Ghanacoop realizó operaciones comerciales con
pérdidas entre marzo y diciembre del 2006, se prevé
que en el 2007 su volumen de ventas será de 1,5 millones de
euros y en el primer trimestre ya se están superando las
cifras previstas del 2006.



Su crecimiento no sólo se debe al comercio de piñas
en expansión.  Ghanacoop tiene ideas, muchas ideas de
nuevos productos y nuevos mercados.  En mayo, importó
ñames de pequeños productores locales de Ghana para
venderlos en tiendas africanas de Italia. Fue un éxito
rotundo.  El contenido de un contenedor de 12 metros se
agotó en dos semanas y se piensa importar más.



Este experimento representó algo más que un nuevo
producto.  Los ñames fueron vendidos con una nueva
marca de fábrica, lo cual permitirá que Ghanacoop
invierta más dinero en proyectos sociales, como los paneles
solares permitidos dentro del marco del comercio justo. 
Migrantes para el Desarrollo de su País de Origen (MIDCO,
por sus siglas en inglés) se creó con el apoyo de la
OIM en la segunda fase de su programa MIDA, con la
financiación del Gobierno italiano.  



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style="padding: 0pt 10px 10px 0pt; float: left;">Ghanacoop
está exportando además vino italiano como el
lambrusco a Ghana y la cooperativa está trabajando ahora
para unirse a un productor de frutas biológicas en Togo que
practica el comercio justo a fin de importar frutos secos como
mango, plátano, piña y papaya en pequeñas
bolsas con la cantidad justa para un refrigerio para el consumidor
de Italia que piensa en la salud.



“Tenemos demasiadas ideas porque vemos una infinidad de
posibilidades”, indica Charles Nkuah, Vicepresidente de
Ghanacoop, que realiza actualmente un viaje de dos meses por Ghana
para verificar que se completen los planes.  Entre estos se
halla también la posibilidad de exportar papayas y
mangos.



Lo que es especialmente notable de Ghanacoop es que detrás
de cada idea comercial nueva hay una historia de dificultades
socioeconómicas y un instinto de ayudar a pequeños
productores sorprendidos en una situación desfavorable por
las rarezas del mercado mundial.



La piña es un ejemplo de ello.  Los productores
ghaneses de la variedad de piña Smooth Cayenne, que hasta
hace un par de años era la preferida en Europa, se han visto
prácticamente arruinados debido al cambio de preferencia por
la piña más amarilla, jugosa y dulce MD2 creada en
laboratorio.



Uno de esos productores, Sekoe Kwaku, ahora sólo tiene casi
media hectárea de la variedad Smooth Cayenne en cultivo y
está tratando de comenzar a producir la piña MD2 en
otras cinco hectáreas con el apoyo de Bomarts que
proporciona esta planta cuyos precios son prohibitivos.  El
resto de su finca de 100 hectáreas está en barbecho.




Kwaku habría abandonado totalmente sus reservas de plantas
Smooth Cayenne si no hubiera sido por el hecho de que se
vislumbraba una esperanza ofrecida por Ghanacoop.  Al ver la
difícil situación de tantos productores, Ghanacoop se
ha embarcado en otro ambicioso proyecto.



Ghanacoop está planeando comprar la envasadora de Bomarts y
convertirla en una planta para procesar las piñas. 
Aquí, habrá un mercado para los productores de la
variedad Smooth Cayenne cuyos frutos serán enlatados y
convertidos en concentrados para su exportación.



AEmil Banca ha financiado ya un estudio de viabilidad sobre la
fábrica y, junto con UniCredit, el segundo banco más
grande de Europa, están otorgando ahora un préstamo
de ocho millones de euros.  Esto permitirá que
Ghanacoop dé trabajo a 300 personas en la fábrica que
se espera que esté lista para octubre del 2008 y no
sólo evitará que 75 productores de piñas
Smooth Cayenne caigan en bancarrota, sino que además
hará que cientos de sus trabajadores no pierdan su
empleo.  Un ejemplo perfecto de los beneficios en serie de una
inversión.



Este desarrollo es asimismo un avance crucial por otras razones
fundamentales.  Ha significado una inyección de fondos
muy necesarios en la finca de Ghanacoop y el establecimiento de una
base empresarial más segura en su país de origen.




Doce hectáreas de la finca ya habían sido labradas a
fines del 2006, pues se preveía la llegaba de fondos a
tiempo para la plantación.  Pero no llegaron y gran
parte del terreno se ha convertido otra vez en mala hierba. 
El retraso de la puesta en marcha ha sido atroz para los migrantes,
que se han visto frustrados en su anhelo de realizar un gran cambio
social de manera rápida.



“Nos movemos a un ritmo muy lento”, afirma Charles, al
quejarse de las dificultades que ha tenido Ghanacoop para obtener
la inversión de capital para sus proyectos.  “Ha
habido una especie de desconfianza porque no es fácil para
una institución europea dar un préstamo para una
inversión fuera de Europa.”  Y lo mismo ocurre en
Ghana, “es muy, pero muy difícil hacer que las
instituciones ghanesas colaboren porque no estamos ubicados
allá y sus tasas de interés son muy
elevadas.”



El Gobierno de Ghana ha reconocido que esta renuencia e incluso
rechazo a invertir en empresas pequeñas y medianas de los
bancos ghaneses es un problema, el cual está dificultando su
estrategia de reducción de la pobreza que se orienta al
desarrollo de recursos humanos y al crecimiento del sector
privado.  La diáspora ghanesa es clave en ambos casos,
a la cual el Gobierno considera una fuente dinámica de
inversionistas potenciales.



En un intento de alentarlos a invertir, el Gobierno dio comienzo a
una serie de cumbres de regreso a la patria en el 2001 durante las
cuales se reúnen la diáspora y el Gobierno anualmente
para tratar estas y otras cuestiones.  En el 2002, se
cambió la ley para permitir que los ghaneses tuvieran doble
nacionalidad, que fue otro intento de atraer a migrantes de Ghana
que ya tienen la nacionalidad del país donde residen, como
Thomas.



Gifty Ohene Konadu, Viceministra de la Pequeña y Mediana
Empresa y de Tecnología del Ministerio de Comercio,
Industria, Desarrollo del Sector Privado e Iniciativas Especiales,
afirma que el Gobierno ha retirado un préstamo de US$ 45
millones del Banco Mundial para dar capacitación a los
bancos y a su personal en la que se ilustrará por qué
necesitan otorgar préstamos a las empresas pequeñas y
medianas.  Al fin y al cabo, estas representan entre el 75% y
el 80% de los negocios en Ghana.  Una vez que esto se haya
realizado, el dinero se pondrá a disposición de los
bancos para que sea prestado y los migrantes ghaneses sólo
necesitarán seguir los mismos procedimientos que sus
compatriotas que residen en Ghana.



"/jahia/webdav/shared/shared/mainsite/media/photos/fs/gh20070709_04.jpg"
style="padding: 0pt 0pt 10px 10px; float: right;">“No
estamos dejando ningún cabo suelto para garantizar que este
sector prospere y prospere de manera sostenible”,
señala, y agrega: “Estamos haciendo un llamamiento
día a día para que se invierta y si es nuestra propia
gente la que viene a invertir, entonces ya no desconfiarán
en absoluto.  Les toca desempeñar un papel
crucial.”



Estas son pues noticias alentadoras para Ghanacoop y otros que
siguen su ejemplo no sólo en la segunda fase del programa
MIDA que incluye a Ghana, sino también al margen de
este.



Asimismo, en Italia, Ghanacoop se está desarrollando a un
ritmo acelerado.  A través de Confcooperative Modena,
que cree que Ghanacoop es el mejor modelo que existe para integrar
a comunidades de migrantes en Italia y que al mismo tiempo les
permite contribuir al desarrollo socioeconómico de su
país natal, Ghanacoop recibió fondos para cubrir
parte de los costos de puesta en marcha, capacitación
esencial en gestión, contabilidad y conocimientos de
informática.



Fondo Sviluppo, una fundación para el desarrollo que forma
parte de Confcooperative de Italia, expresa ahora su confianza al
invertir 75.000 euros en Ghanacoop.  Esta inversión le
permite ser miembro de Ghanacoop y, además, un
préstamo adicional de 100.000 euros con un bajo
interés ayudará a la cooperativa a desarrollar su
negocio en Italia y alcanzar niveles más altos como empresa
nacional.



Aunque el programa MIDA de la OIM está centrado en el
desarrollo del país de origen de los migrantes, no se puede
negar que también hay beneficios considerables en los
países de destino.



Para Agrintesa, la relación con Ghanacoop implica asimismo
poder llevar los productos agrícolas de Italia como jugos de
frutas al mercado ghanés y la posibilidad de una gran
oportunidad comercial en un país donde la fe religiosa es
ferviente.



“No conocemos el mercado africano.  No hemos penetrado
en él.  Pensamos que se trata de un conocimiento mutuo:
ayudarlos a introducir sus productos en Europa y que ellos nos
ayuden a acceder a su mercado.  Iniciamos esta aventura. La
llamo aventura pero estoy seguro que va a ser un proyecto
sostenible desde un punto de vista económico”, afirma
Giuseppe Termanani, a cargo de los mercados externos en Agrintesa.




En el caso de AEmil Banca, el apoyo a Ghanacoop ha dado como
resultado una nueva imagen positiva del banco frente a la comunidad
de migrantes en la provincia de Módena y que la gente,
especialmente de Ghana, abra muchas más cuentas
bancarias.  Para un pequeño banco provincial, los
negocios de migrantes son tan importantes como los negocios
italianos.  Por consiguiente, han contratado a una ghanesa
para atraer a más clientes de la diaspora ghanesa.  Y
al llegar a conocer a algunos de los migrantes a través de
Ghanacoop, el banco les ha dado además créditos
hipotecarios. Tener casa propia es la señal más
segura de que alguien piensa echar raíces.



Para las autoridades de Módena, Ghanacoop ha tenido una
repercusión considerable en la comunidad donde el
número de migrantes equivale al 10% y donde hasta ahora, el
compromiso entre ambas estaba limitado a brindar servicios
sociales.



“El hecho de que los productos de Ghanacoop sobresalen en los
supermercados de Módena ha cambiado la forma en que la gente
considera a los migrantes.  Ahora ya no se les ve como a
personas que necesitan servicios sino como a personas que ofrecen
servicios y nuevas iniciativas.  Esta experiencia nos ha
ayudado a descubrir otro tipo de cooperación con ellos,
especialmente a nivel empresarial”, señala Alberto
Caldana, que estuvo encargado de las políticas sociales en
la Municipalidad de Módena y que ahora trabaja para la
Provincia de Módena.



Tanto las autoridades de Módena como Confcooperative ahora
quieren aplicar el modelo de Ghanacoop a otras comunidades de
migrantes de África subsahariana y Albania que viven en la
provincia.



La OIM estima que Ghanacoop es un modelo que puede ser imitado en
todo el mundo si se logra vencer un obstáculo.



“El problema con el que nos topamos y que nos obliga a
recurrir a los donantes es que los migrantes frecuentemente tienen
dificultades para conseguir el capital para la puesta en marcha con
el que se puedan lanzar a esas empresas”, indica Davide
Terzi, Jefe de misión de la OIM en Ghana.  “Hay
mucho potencial para aprovechar, por eso, es importante que
encontremos esta financiación.  La otra ventaja es que
el enfoque de MIDA les permite a los migrantes ser propietarios y
da beneficios a los gobiernos.  Asimismo, crea el nexo entre
las empresas privadas, los gobiernos y los migrantes y es una
manera mucho más acertada de invertir las remesas en el
crecimiento del país de uno mismo.”



Para Thomas, que ya hace 19 años que está en Italia y
que fue al principio un migrante irregular que vivía al
margen de la sociedad tratando de encontrar cualquier trabajo que
pudiera realizar, ha sido clave en el éxito de Ghanacoop el
hecho de ser una creación e inversión a nivel
comunitario y no sólo a nivel individual.



“Creo que hemos aprendido bastante y otras personas pueden
aprender de nosotros.  Hay que ser muy, pero muy serio,
inteligente y también capaz, y con estas tres cosas se puede
lograr el éxito.  Esto es lo que otras personas
necesitan aprender de nosotros, si no, será muy, pero muy
difícil competir con los europeos”, añade.



¿Merece la pena trabajar de lunes a domingo desde que
amanece hasta que anochece y tener poquísimo tiempo para
dedicarlo a su esposa y a sus dos hijas?



“Me parece que sí.  Esto ha mejorado mi vida y la
vida de muchos migrantes de aquí, no sólo la de los
ghaneses.  Tengo confianza en lo que estoy haciendo, mi
inversión cimienta un futuro muy venturoso y prometedor, no
sólo para mí, sino también para la comunidad
ghanesa y la próxima generación.”